Conócenos

Hace más de 50 años, Manuel Pedraza ya tenía larga experiencia en la producción de aceitunas de mesa, habiendo trabajado para otras empresas. Pero, en 1970, junto a nuestra madre, decidieron montar su propio negocio de elaboración y venta de aceitunas con la apertura de una tienda, ubicada en el barrio granadino del Zaidín.
Desde el principio, nuestros padres tuvieron claro que la clave para obtener un buen producto pasaba por el uso de unas materias primas de máxima calidad. Así que traían las aceitunas de la provincia de Sevilla, a la que la fama precede en el cultivo y producción de aceituna de mesa.

El otro factor fundamental para llevar adelante esta empresa pasaba por la aplicación del buen hacer, el saber popular y la experiencia de la familia. Así, la elaboración de nuestras aceitunas y encurtidos siempre ha seguido procesos totalmente artesanales, aplicando las mejores recetas tradicionales en cuanto a aderezos y aliños. Por supuesto, con el uso de los mejores ingredientes y especias naturales, con los que obtener sabores únicos.
Esos primeros tiempos fueron años de mucho esfuerzo y dedicación que, poco a poco, dieron sus frutos. El negocio fue creciendo y fidelizando a su clientela. La tienda se mantuvo abierta hasta los años 90. Posteriormente, se puso en funcionamiento otro establecimiento de atención al público en la calle Gregorio Silvestre, también en el Zaidín de Granada.


Historia de generaciones
En esos años 90, el aumento de la producción y la necesidad de contar con unas instalaciones más adecuadas para la producción, envasado y almacenaje, hicieron preciso un traslado de la empresa al Polígono Tecnológico Armilla, en la localidad granadina de Ogíjares. Desde entonces, hemos continuado una trayectoria de crecimiento progresivo, produciendo también para distribuidores y negocios de hostelería.
A nivel de instalaciones, procesos de producción y seguridad alimentaria, hemos ido realizando mejoras y aplicando una modernización tecnológica acorde con los tiempos actuales. No obstante, esa vanguardia, convive perfectamente con la tradición, manteniendo siempre nuestra elaboración artesanal y la utilización de materia primas de calidad.
En Manuel Pedraza, podemos sentirnos satisfechos del legado que iniciaron nuestros padres y que hoy, más de medio siglo después, seamos la segunda generación que continúa su andadura. También llevamos con orgullo que nuestras aceitunas sean las que se consumen en la Casa Real.

